“Para este segundo álbum que nos toca componer ahora, iremos por una vía continuista, donde las letras con referencias filosóficas o históricas tendrán peso”

PREGUNTA.- En el caso de Los Chavales, por ejemplo, ¿Ronaldo es una figura imaginaria o es alguien que tiene que ver con el fútbol y que queríamos que se quedara aquí?
RESPUESTA.- Esa canción viene de un sueño que tuve yo, un poco raro. Estábamos en el Cala Norte, en un estudio de grabación, pero estábamos componiendo como las bandas ricas que se van al estudio a componer directamente. Era raro, como muy, muy, muy grande, y nuestra audiencia estaba participando del proceso compositivo y se expresaba a través de unos pilotitos que se encendían y se apagaban en una especie de cajas cuadradas metálicas, un poco como un flip, todo muy raro.
Estábamos ahí componiendo la canción y, en un momento, una presencia que estaba allí propuso una idea para la canción. Creo que era algo de la letra, y a mí me gustaba lo que esa presencia había propuesto. Sin embargo, los pilotitos que representaban a la audiencia se empezaron a encender todos, como expresando rechazo hacia la idea que había sido propuesta. En ese momento, percibí que quien había propuesto esa idea era Satanás.
Y para mí estaba bien porque, ya te digo, era una buena idea. Entonces levanté el brazo, como para coger mi micro y decirle a la audiencia: “Oye, esto se va a quedar porque me ha molado”. Pero Satanás, que en mi sueño tenía el aspecto del Balrog de Moria, del Señor de los Anillos, me paró con su cola en el brazo para decirme: “Déjalo, tío, no me quieren aquí de ninguna manera”.
Yo me rayé porque me fastidiaba que se fuera, me alcé de la cama y, de hecho, me desperté incorporado gritando: “¡No te vayas, diablo!”. A mí me hizo gracia. Lo propuse para la canción y me dijo Barbosa, el batería, que estaba muy bien la anécdota, pero que con esas cosas no se juega, así que mejor buscase otra palabra.
Buscamos a “Ronaldo” porque sonaba parecido a “diablo”.
PREGUNTA.- Además, metiste algunas frases en otros idiomas, como en francés.
R.- Sí, sí. Eso también es hijo de la casualidad. Cuando estábamos haciendo esa canción, venía escuchando una versión del Aux armes, etc. de Francia que tiene Serge Gainsbourg, y, de repente, estábamos ahí componiendo. Dijimos: “Venga, pues ahora una parte C, un puente”. Yo no tenía nada, así que dije: “Bueno, que sea relleno, ya lo pienso luego”.
Me puse a cantar La Marsellesa porque la tenía fresca en la mente y les gustó. Así se quedó.
P.- Nos cuesta comprender la canción ….
R.- Claro, esa canción no tiene ningún sentido. (risas)
P.- Y nosotros intentado descifrar…(risas)
R.- Sí, es una rabieta mía contra los compis de banda, que me estaban diciendo que tenía que dejar de escribir sobre filosofía, historia y esas cosas, y que tenía que hablar más de amor y eso. A mí me fastidiaba porque, seguramente, si no escribo de esas cosas es porque me cuesta más, es una carencia.
No sé por qué, así como en un ataque de rabia cogí una canción de los Libertines, Time for Heroes, y la traduje de mala manera, inventándome muchas cosas. Realmente esas son las estrofas de Los Chavales: una está en español y otra en catalán, y ya está. No tiene nada más. Luego hay una frase de Hamlet ahí, que no sé a qué viene, pero la metí.
P.- Y luego, por ejemplo, decías algo de Lacan…
R.- Sí, pero no tengo ni idea. No he leído nada de Lacan. Solo me hizo gracia aquella expresión del “falo de Lacan” y lo colé ahí también.
Realmente hice una letra para que ellos dijeran que no, que no les gustaba. Y les gustó. Así que dije: “Bueno, pues ya se queda”.
Pero yo esa canción la odio.
P.- Hablando de Satán, hay bastantes referencias a Dios en vuestras canciones.
R.- Sí, a varios tipos de dioses. Desde luego, al dios abrahámico le dedicamos dos o tres. También hay una sobre Dionisos.
P.- De hecho, el “cosquilleo frío”, ¿es por algo espiritual o es fruto de la casualidad?
R.- Bueno, a ver. Lo del “cosquilleo” viene de una banda amiga nuestra que se llama La Paloma. Nos invitaron a participar en la presentación de su primer álbum, hace un año y pico. La gracia de su fiesta de presentación era que cada banda amiga iba a escoger una canción de ellos, de su nuevo álbum, y la iba a versionar.
Ellos asignaban quién tocaba cada canción. A nosotros nos tocó El cosquilleo, porque, supongo, no la quería nadie o algo. Nos gustó y la hicimos a nuestra manera. Cambiamos la letra para convertirla en una especie de canción sobre la pasión de Cristo. Todo el mundo nos animó a grabarla. La teníamos por ahí y dijimos: “Bueno, pues la metemos al álbum y ya está”.
Realmente, todo nace de que la letra original de ellos no sé a qué hace referencia. Nunca la entendí muy bien, pero no me molaba mucho.
Eso de “siento un cosquilleo frío” me recordaba, no sé por qué, a un episodio de conversión: estar en la calle, sentir una luz y pensar en la Iglesia. Intenté adaptar la letra para hacer referencia a eso, pero terminó saliendo una canción según el Evangelio de Juan. Aunque luego también hay elementos de los otros evangelistas, como cuando digo que se rasga el velo del viejo santuario.
No sé, me salió por ahí. Ya te digo, me hacía ilusión leerme los Evangelios, y así lo hice para escribir mejor la canción. Y salió guay.
P.- Sobre lo que dicen tus compañeros de banda, ¿llegará alguna vez alguna canción de amor? ¿O es que hay tanto desamor en el mundo que no merece la pena?
R.- Bueno, ahora Los Planetas nos pidieron hacer una versión de una de sus canciones del primer álbum, del Super 8. Nos pasó un poco como con La Paloma: nos dieron una y ahí te apañes, y nos dieron 10.000. También le hemos dado ahí un poco la vuelta a la canción. No es de amor, pero sí que parece eso.
En el fondo, lo que hemos hecho es una especie de un Yonki que le pide perdón a Dios por su adicción. Lo que pasa es que algunas frases, que he recogido de las confesiones de San Agustín, parecen recordar a frases de un enamorado. Pero vaya, no lo son. No sé, supongo que estoy felizmente casado, no tengo que conquistar a nadie. Pero, oye, igual una canción para mi mujer, pues le haría ilusión. Ahora mismo no está sobre la mesa. No sé si habría por qué publicarla en cualquier caso.
P.- Bueno, ya esperaremos a ver qué pasa, ¿no?
R.- Desde luego. Siendo realistas, para este segundo álbum que nos toca componer ahora iremos por una vía continuista, donde las letras con referencias filosóficas o históricas tendrán peso. Se nos colarán chorradas, como las que también se cuelan en este álbum, como lo del Power Ranger y eso. Pero no me imagino narrando mi vida amorosa.
P.- Conocemos, bueno, nos hemos informado un poquito de vuestras influencias. Debido a la disparidad de los gustos musicales de los distintos componentes del grupo, podríamos decir que Alcalá Norte es la hija del matrimonio de The Cure y Kortatu, o, por ejemplo, de Oasis y Golpes Bajos. ¿O de quién dirías tú que podría ser el hijo o la hija?
R.- Oasis y Golpes Bajos me han gustado. Esos dos están bien. También el par que más nos gusta, que nos hayan dicho sobre nosotros, es Burning y The Cure. Eso lo dijo Suneo, que es un productor de los extintos Chill Mafia. Nos conoció y dijo que le parecía que estábamos a medio camino entre esas dos bandas. Nos gustó, nos dio ilusión, y de hecho se vino a hacer música con nosotros. En el álbum hay dos canciones en las que él participa. Pero lo de Golpes Bajos y Oasis también me ha hecho gracia (risas)
P.- Hablando de The Cure, ¿crees que han esperado a sacar el disco después de vosotros?
R.- Risas…—A mí me hace mucha ilusión que suceda eso, porque al final… Es verdad que los mirábamos quizás al comienzo de nuestras andaduras como banda, en los últimos dos años, por decir algo, pero su huella está ahí. El hecho de que vuelvan a estar bajo el foco me ha hecho prestar más atención de nuevo y descubrir por qué andaba tan desesperado yo, en nuestros comienzos, buscando sonar como ellos. Esa época concreta, de 1978 a 1982, en la que yo me fijaba, me flipa.
Creo que nos beneficia también que The Cure estén ahora haciendo ruido; nos viene genial. También nos viene bien que Oasis vuelva.
P.- Sí, la verdad es que se han alineado los astros.
R.- Sí, yo creo que sí. Es positivo, porque al final, con que despiertes nostalgia en unos o traigas nuevos adeptos a ese tipo de música dentro de las nuevas generaciones, pronto van a decir: “¿Qué se hace ahora que se parezca a esto?” Y ahí estaremos nosotros levantando la mano.
P.- Bueno, a lo mejor han vuelto gracias a vosotros.
R.- No creo, no creo. Pero, bueno, ojalá nos hagan hueco en sus giras como teloneros.
P.- Precisamente es una pregunta que tengo ahora después… La historia de Mario y de su mamá acaba bastante mal. ¿Lo teníais pensado desde un principio o fue surgiendo la historia y dijisteis: “A estos, al final, les prendemos fuego”?
R.- No, no, no. Nació desde el comienzo. A mí me… Yo entré en una de esas tiendas que venden CBD, productos derivados del CBD o directamente del CBD para fumar. Sencillamente, necesitaba buscar a un fumeta para hacerle una consulta. Le pregunté por el BHO, que es un tipo de hachís muy potente cuya fabricación es muy peligrosa porque implica lidiar con cosas de butano.
Le pregunté: “Oye, tío, ¿estás fumando esto? Me han dicho que tiene sus riesgos. ¿Cuánto te fiarías de que el BHO que hay en el mercado esté bien purgado de butano?”. Me estuvo explicando un poco el rollo y me contó que un colega suyo había muerto fabricando BHO en su casa. Creo, además, que me dijo que era de Valladolid.
Me dejó bastante flipado el rollo, y decidimos hacer esa canción en homenaje a ese soldado caído. Lo llamé Mario porque el primer porro de BHO que fumé lo lió un colega mío que se llama Mario. Ni más ni menos.
P.- Bueno, comentabas antes que les propones las letras a tus compañeros. ¿Intervienen ellos alguna vez en el proceso creativo?
R.- Sí, sí, sí. A veces sin querer, otras queriendo. Bueno, honestamente, la mayoría de las veces sin querer. Sobre todo Barbosa. Suelta una tontería que me hace gracia o me pasa algo sin pensar en que lo convierta en canción. Me gusta y a partir de ahí lo aprovecho para convertirlo en canción.
P.- Hemos visto que tenéis bastante presencia en las redes sociales. ¿Creéis que es positivo o que en algún momento esto se vuelve en contra? Es decir, ¿se crea una demanda del público con la que ya no podéis salir y tenéis que estar constantemente encima de las redes? ¿Os causa un estrés por no publicar?
R.- No, es que creo que no… Es evidente que en Twitter publicamos mucho. Pero en el resto de redes, en Instagram, por ejemplo, retuiteo (o como se diga) stories de gente que nos menciona, y a veces subo unas fotos de un concierto, un vídeo o un cartel, pero apenas hago nada.
En Instagram, yo, por ejemplo, hablo con la gente que nos pregunta cosas. Mientras sea manejable, y ahora mismo el volumen lo es, puedo responder al menos a parte de ellos. Evidentemente no puedo responder a todos los mensajes.
En Twitter, que es el único sitio donde claramente tenemos una actividad frenética, el bajista pone lo que le sale de qué. No es muy exigente en cuanto a creación de contenido. De hecho, seguramente deberíamos explorar más contenido en vídeo, buscar viralidad, esas cosas en TikTok, Instagram, Reels, pero no nos sale.
Tampoco creemos que sea un problema porque, al menos en Twitter, sí usamos Internet a nuestro favor. Lo que sí que desgasta del uso de las redes sociales es que nuestro admin en Twitter es un guerrero en busca de haters. Los tiene a todos catalogados, monitorizados, y cuando dicen algo que él considera demasiado, ataca y responde. Esa labor es un poco más intensa porque estás expuesto a gente que te critica. A veces son críticas que tienen sentido; otras veces, sencillamente, van a hacer daño.
P.- En vuestras actuaciones, interactuáis con el público, llegando a compartir vino. ¿Es cierto?
R.- Sí. En todos nuestros conciertos intentamos compartir una bota de vino con el público, y lanzamos puros, que Barbosa, nuestro batería, decora manualmente con un logo de nuestra banda. Pero hemos tirado más cosas.
Yo recuerdo una vez que repartimos lonchas de jamón. Nunca hemos lanzado una pata de jamón, pero sí que la hemos entregado mediante sorteo al público. Y en algunos conciertos especiales reparto hamburguesas. Eso sí que lo hago. Bajo al McDonald’s, me pillo 30 hamburguesas y las reparto.
P.- ¿Tenéis algún festival o alguna sala donde os gustaría tocar? ¿También os gustaría traspasar las fronteras de España? ¿Algún país en concreto?
R.- A ver, tuvimos la suerte este pasado verano de tocar en los festivales con más renombre de España. Fue una sorpresa, porque no estaba en el plan, para ser honestos.
Yo creo que esa espinita de tocar en el Primavera Sound, en el BBK, que quizás eran los que más ilusión me hacían, pues ya me la he sacado. Ahora, por ejemplo, me hace mucha ilusión el concierto de la semana que viene en Razzmatazz, en Barcelona. También sigue pendiente en Madrid tocar en La Riviera, por supuesto.
No soy tan consumidor de música en directo ni de festivales, así que no tengo esa ambición de querer tocar en tal sitio concreto.
Con respecto a salir al extranjero, claro. Nuestro foco ahora mismo está en crecer en España porque todavía no nos conoce ni Dios, aunque hayamos hecho ruido en nuestro nicho concreto. Pero sí, claro que queremos salir a América, y seguramente tendría sentido empezar por México y Colombia, por los países de habla hispana.
P.- ¿A qué grupo o cantante que ya no está os hubiera gustado ver?
R.- A ver, cada uno tiene unos gustos prácticamente diferentes a los del otro. No creo que haya ninguna figura que entre los seis podamos decir: “¡Buah, este!” y todos digamos: “¡Sí, sí, por supuesto!”.
Pero, por ejemplo, ahora venimos de Málaga y hemos pensado mucho en Roberto, de Tabletom. Es una influencia muy importante para mí y para Barbosa, nuestro batería, que fue, de hecho, quien me lo descubrió. Nos habría encantado conocerlo en persona.
P.- ¿Y con quién os gustaría colaborar? ¿Algún grupo o cantante con el que compartir algún tema? Ya lo habéis hecho con alguno, creo, pero ¿tenéis ilusión por colaborar con alguien, tanto extranjero como nacional?
R.- Pues no sé qué decirte, la verdad. Si surgen opciones de colaborar, seguro que las cogemos, pero no… Es que, como hemos tenido tantos cambios de formación en nuestra propia banda, lo que quiero es componer con ellos, ¿sabes? No te puedo decir: “¡Buah, me encantaría colaborar con tal artista!”, porque ni siquiera me imagino cómo sería.
Todavía tengo que conocer, por ejemplo, a nuestra teclista Laura. Se ha incorporado a la banda con el disco ya escrito, y solo ahora empiezan a surgir canciones nuevas en las que ella participa. Tengo mucho más interés, por ejemplo, en ver cómo fluye el proceso compositivo con Laura que en colaborar con un famoso.
P.- ¿A qué película te hubiera gustado ponerle la banda sonora?
R.- Tío, no veo nada de pelis, tío. Soy incapaz de responderte esa pregunta porque no veo cine. Ni series de televisión tampoco. No, no, no.
P.- ¿Tenéis algún ritual o costumbre antes de subiros al escenario?
R. -Sí.
P.- ¿Que se pueda contar?
R.- Sí, sí. Entonamos en corro una canción de un tiktoker del Barça que se llama Dani Tarrés. Hizo una especie de versión de Viva la Vida, de Coldplay, con una letra para animar al Barça de Xavi cuando peor estaba, que los habían eliminado de la Champions en fase de grupos. La cantamos todos ahí en alto. La canción es un poco absurda, pero nos hace mucha gracia. Es divertida para empezar.
P.- ¿Cuál es la actuación que nunca vais a poder olvidar o que no vas a poder olvidar? ¿Esa que os sorprendió tanto que dices: “Madre mía, esto no se me va a olvidar nunca”?
R.- Es la actuación que me sorprendió y que nunca olvidaré. Bueno, pues hubo una vez que pasó algo muy curioso. La primera vez que tocamos La Vida Cañón, siendo fieles a la versión del álbum, porque antes la tocábamos de otra manera, fue en una sala pequeñita aquí en Madrid. Tocábamos con otras dos bandas, un domingo a mediodía, algo bastante pequeño.
Nunca había visto a nadie disfrutar tanto de una canción nuestra en directo. Era especialmente sorprendente porque esa canción no la conocía nadie. Fue una reacción espontánea a algo que escuchaban por primera vez. Fue tan llamativo para mí esa sensación de “¡Ostras, esta canción es buena!” que no creo que la olvide.
Luego, fíjate, terminó siendo un poco profético porque es, creo yo, la canción que más se escucha en Spotify y demás.
P.- Sí,. Aunque estáis insistiendo mucho en X La Calle Elfo.
R.- Sí. Yo, de hecho, no estoy de acuerdo con el admin en que La Calle Elfo sea mejor que La Vida Cañón. Creo que La Vida Cañón es mejor canción. Y, de hecho, si te das cuenta cuando la tocas en acústico, solo guitarra y voz, La Calle Elfo se vuelve un poco plasta. Sin embargo, La Vida Cañón fluye muy bien. Creo que eso demuestra que es mejor canción.
P.- Bueno, ahora mismo estáis, o creemos que estáis, en un momento dulce del grupo, donde todo va hacia arriba. Pero claro, ahora tenéis un montón de bolos pendientes, entrevistas… ¿Empieza a ser un poco estresante? ¿O todavía no habéis llegado a ese punto?
R.- A ver, en mi caso, tengo que hablarlo más desde mi punto de vista. Prácticamente la mitad de esta gira, que es bastante intensa porque son 50 conciertos en unos 6 meses o un poco más, la he hecho mientras compaginaba un curro de lunes a viernes.
Nunca va a ser más estresante que trabajar de lunes a viernes y luego irte de fin de semana a tocar. Ahora, aunque los conciertos están un poco más concentrados que al comienzo de la gira, no estoy trabajando y no tengo que dedicar esfuerzos de mi mente a operar para un señor que no soy yo. Así que ahora estoy bastante relajado.
En cualquier caso, todo este trajín que hemos tenido en estos meses nos ha traído de cabeza. Es así. Todo el mundo ha tenido que escoger si está al 100% con esto o no. Nos ha traído problemas en nuestra intimidad, porque nuestras rutinas son difíciles para la gente que convive con nosotros.
Pero realmente se acerca el final de esta primera gira y no creo que nos vayamos a quemar. Lo siguiente que nos viene son los festivales del verano, y eso es mucho más relajado que estar por las salas.
P.- Tenemos algunas preguntas más. No te vamos a quitar mucho tiempo. ¿Tenéis descuento en el Centro Comercial de Alcalá Norte?
R.- Risas… No, pero nos tratan bien, nos tienen cariño. El otro día iba por la calle y me pararon dos propietarios de locales de Alcalá Norte para darme un abrazo, decirme que les gustaba mucho lo que hacíamos y que les hacía mucha ilusión que llevásemos el nombre del Centro Comercial por el mundo.
P.- Y, por último, para despedirnos, con todo lo que habéis vivido, seguro que tenéis alguna anécdota divertida que no hayáis contado todavía. Nos encantaría escucharla.
R.- Pues una vez con Mikel Erentxun, por ejemplo. Estuvimos con él en Galicia y nos bebimos su whisky Blue Label entero. Lo dejamos si whisky y nos lo pasamos genial.
P.- Compartiendo buenos momentos, ¿no?
R.- Eso es.