VOY A INTENTAR HACER BAILAR A LA GENTE
Carla, antes de hablar de tu nuevo trabajo, nos gustaría conocerte un poco más, hemos visto a través de las redes que eres una gran amante de los animales, ¿eso influye a la hora de ponerte a componer?
Risas…. Pues uno, no me dejan componer, y dos, lo he empeorado metiendo a un perro en casa también. Entonces ahora tengo dos seres vivos molestando ahí. Sí, estamos trabajando. Así que sí, pero bueno… se van adaptando, se van adaptando. Me hacen los coros con los maullidos, aullidos y varios.
Aparte de tu trabajo como artista, también eres enfermera, con lo que será difícil compatibilizarlo ¿no?
Yo digo que soy cantautora y enfermera en mis ratos libres. Aunque me ocupa mucho tiempo del día. Y sigo ejerciendo, sí. O sea, es una locura absoluta. Porque estoy a tiempo completo, además trabajo en salud mental, en una cosa que específicamente es bastante exigente. Pero es que ambas profesiones me encantan.
O sea, siempre pensando en ir hacia la música, ¿no?, y poco a poco ir desvinculándome. Pero yo qué sé… mi carrera me encantó, me gusta mucho también mi trabajo, mis pacientes.
Y bueno, que también me da como un punto de… a la hora de tomar decisiones, no me afecta tanto en lo creativo, porque no dependen como mis facturas de mis canciones, de momento.
¿Es como tener varias vocaciones?
—Sí. O sea, yo sé que soy cantautora vocacional porque es lo que siempre quise hacer, pero en el momento en el que yo terminaba el bachillerato, es como que toca ir a la universidad… No hay carrera de cantautora, entonces tienes que escoger algo que te encaje con la personalidad. Y a mí, que me gusta mucho estar con la gente y me uno a todos los saraos y causas sociales y tal, pues sanidad, en plan enfermería.
Y bueno, ahora pues intento compaginarlo todo. Estoy viva, estoy aquí con vosotros… ¡y seguimos informando!,
Sobre el título del álbum, queríamos preguntarte a que es debido…
(risas) Estaba claro que se iba a preguntar.
Pues mira, El día que descubrí el lunar en tu oreja fue algo que ocurrió de verdad. Es decir, yo descubrí el lunar en la oreja izquierda de una persona que conocía desde hacía años antes de ese momento. Entonces es como lo mítico de que quieres conocer a alguien… no al cien por cien, porque es imposible, pero al noventa y cinco. Y, de repente, te acercas y ves matices que no habías apreciado antes.
Entonces como que ese momento me voló un poco la cabeza y lo extrapolé a todas las cosas de la vida. En plan: yo qué sé, acercarnos a nosotros mismos, o —como es el caso de este álbum— acercarnos a las emociones que nos incomodan o que nos sobrepasan.
Entonces como que el trabajo personal que hice con este disco fue acercarme a ciertas emociones… y convertirlas en canción.
La canción «Tan raro» da comienzo al álbum y, bueno, pues es un estilo así más bailable que lo que habías publicado anteriormente. ¿Te apetecía ese cambio?
Me apetecía en general. Yo creo que en todo el disco se nota como un cambio en la producción de las canciones. Al final yo venía de un pop como muy clásico en cuanto a estructuras. También es que yo le doy mucha importancia a las letras y a poder contar. Y, claro, encajar cómo contar tantas cosas en una canción que entre dentro de lo comercial o lo más fácilmente consumible, es complicado.
Entonces sí que es verdad que El Guerra de las Flores, que fue ese primer EP, es más pop . Y ahora pues incorporando sonidos más electrónicos, ritmos nuevos… voy a intentar hacer bailar a la gente, que es lo que a mí me gusta luego en los conciertos de otros, en realidad.
¿Cómo surge la idea de grabar » Todas mis apuestas» en el salón de tu casa?.
La quise hacer así por dos cosas. La primera, para premiar un poco a la gente que compre el formato físico, que yo es algo que no quiero que se pierda y que me encanta de los artistas: tenerlo y tocarlo. Y entonces pues como ese empujón para que la gente se lance a tenerlos.
Y luego, por otra parte, porque como sí que hemos evolucionado un poco en la producción, no quería que se perdiese la realidad de las canciones cuando nacen, que salen en el salón de mi casa con mi guitarra.
Entonces fue como: grabar esa. Además, que es como cuando escuchas un vinilo, que tiene ahí un sonido más sucio, como un velo… Y la forma de escucharlo también es muy guay. No puedes pasar a la siguiente.
Porque te diré que se grabó todo en directo, los instrumentos todos grabados a la vez. Es complicado tratarlos después porque todo entra por todos los micros.
Y esta décima canción lo que tiene es que —supongo que igual lo habéis leído— está solo en los formatos físicos. O sea, en plataformas esta noche salen nueve canciones, y la décima solo está en CD y en vinilo.
Hablas de «La Calma» ¿Hay equilibrio entre la necesidad de crear con calma y la exigencia de estar en redes, de tenerlo, de aparecer por todas partes, de todo rápido, con más y más contenido…?
Yo creo que ahora hay muchas más cosas rodeando las canciones que hace años, y entonces lo que no me gustaría a mí es perderme en ese sentido. No quiero liarme con todos los adornos y luego olvidarme de lo importante, que son mis canciones, que son mis letras.
Entonces, por suerte, este disco lo hice sin ningún tipo de presión. Desaparecí lo que quise desaparecer, me centré en él, y la vorágine de todo lo demás llegó cuando ya estaba hecho. Entonces yo ya había disfrutado del proceso.
Si en un futuro el nivel de exigencia es el mismo, es muy complicado crear, porque tú estás… O sea, no puedes estar pensando en números, en emails, ni en calendarios de contenido, y de repente pretender que te salga una canción del corazón. Es que, para que te salga, necesitas crear ese espacio. Además tienes que adaptarte al lenguaje de cada red social, que generacionalmente es distinto. Generacionalmente mi red social es Instagram. Es en la que más cómoda estoy, la que mejor me pilla, en la que mejor me comunico porque es la de mi generación.
Facebook, Twitter… otro lenguaje. TikTok es la más complicada, porque es la de la generación de mi hermano. Entonces, de repente, tengo que escribir todo en minúsculas y hacer bailes de tal, y los vídeos cortar todos los silencios.
Entonces, bueno, es una investigación ahí.

Fotografía de Bárbara Ceballos
Has sido corista en la gira de otra cantante que se llama Sabela…
Pues, si, yo fui la corista de Sabela cuando llegué más o menos a Vigo.
Yo soy de Ponferrada y vivo en Vigo desde hace como diez años, ¿no? Y no había ni sacado mis canciones ni pensado en sacarlas. Pero iba a clase de canto a una escuela donde ella daba clase y me ofreció ser su corista. Fue mi primer contacto con el mundo y la industria, y ver cómo ella se relaciona con el público. Yo, por ejemplo, de Sabela aprendí mucho a cómo hablarle al público desde un escenario.
O sea, luego, evidentemente, ha evolucionado conmigo, pero, por ejemplo, mis primeros conciertos estaban muy inspirados en lo que ella decía.
Porque era la única persona que había tenido cerca y que veía que tenía una compostura, que bien le hablaba, qué toque de humor le metía, ¿sabes? No sé. Eso, por esa parte, te diré que fue así.
Evidentemente, luego tuve que hacer mi camino y tomar mis decisiones.
Pero sí, necesitas tener esa base para arrancar.
Ya cantaste un «Papel para Almódovar»… si tuvieras que poner una banda sonora a alguna película, ¿a cuál te hubiera gustado?
Lo tengo clarísimo!! «Dolor y gloria», porque me parece que es bastante distinta a todo lo que había hecho en ese momento, una peli autobiográfica tan real, me gustó mucho.
¿Con quién te gustaría colaborar que no lo hayas hecho todavía, ya sea a nivel nacional o internacional?
Pues hasta la fecha he colaborado poco o nada, tengo una canción con Raúl Ben, que es el productor de mis temas, pero la sacamos nosotros por puro disfrute, pero como referentes me gustaría con Yoli Saa, Quique González, si hicieran un homenaje a Serrat, quiero estar en ese disco… Amaral, Morgan… con estos grupos que me encantan sería un sueño.
¿Qué estás escuchando ahora?
Estuve muy en bucle con «Mar de Ardora» de Yoli Saa que me parece un discazo absoluto lo que hizo, también con el nuevo disco de Morgan, su nuevo disco Hotel Morgan me parece muy chulo…
¿Qué actuación, hasta la fecha, crees que no vas a poder olvidar?
Pues es un poco rara y loca, a ver… yo saqué el EP El guerrero de las flores y me hice una gira autogestionada de como 20 fechas en verano, plan pirada loca, yendo a Valencia a dormir en el coche y a Girona a dormir en un camping.
Y entré en un bucle de haber vivido como mucho curro, también estar muy cansada, y necesitaba reconectar un poco con el inicio de todo.
Y organicé un concierto secreto en la parte de atrás del jardín de la abuela de mi productor. Como evidentemente no era legal y no podíamos vender entradas, lo que vendí fue, por mi web, pulseras.
Y quien se comprase la pulsera podía venir al concierto secreto. Y encima se invitaba a una consumición
Bueno, pues metimos como 150 personas en el jardín de la abuela.!!
Y, claro, fue increíble, porque estuvimos una semana haciendo un escenario con palets, un bar con palets, la madre de Raúl —del productor— friendo croquetas, haciendo tortillas…
Y fue como un regalo, fue como una pedazo de celebración.