CASAPALMA

PRESENTA "JOTAS", UN SEGUNDO ÁLBUM QUE LLEVA EL BAILE "A LO SUELTO" A UN CÓDGIO RAVERO.

CASAPALMA PRESENTA «JOTAS», UN SEGUNDO ÁLBUM QUE LLEVA EL BAILE «A LO SUELTO» A UN CÓDIGO RAVERO.

Rompiendo con la idea de que la jota es un género hermético sin mucha capacidad de movimiento y expansión más allá de la ortodoxia, Casapalma lo reivindican como un género fluido, líquido, con capacidad de resignificación y de expansión más allá de sus propios cánones.

Así lo hacen con «JOTAS», el esperado segundo álbum del dúo cántabro que sorprendió un par de cursos atrás con «Montañesas», un debut que los posicionó como uno de los proyectos fundamentales de la renovación de los códigos del folclore ibérico contemporáneo, a la vez que uno de los pocos proyectos que alumbraban algunos de los géneros tradicionales más silenciados y desconocidos del folclore patrio, como la canción montañesa.

Contando con ilustres colaboraciones de artistas como Repion (en la ya conocida y viral «El Pajarillo», que acerca la folktrónica montañesa al rock alternativo más melódico), Ruiseñora (quienes se suman a un pasodoble campurriano con estética de rave), Cristina Len (llevando una canción de ronda a una textura casi urban y un código 808) y Pablo Solo (llevando el folklore a un universo progresivo y psicodélico setentero); «JOTAS» impone un diálogo fluido en el que la tradición, y más concretamente las jotas, conversan con naturalidad con la producción contemporánea y cuasi futurista.

Grabado, producido y mezclado íntegramente por Yoel Molina en el Estudio Rural Las Zapateras, en el valle de Cabuérniga (Cantabria), y masterizado por Fernando Delgado, varias veces nominado y ganador de un Latin Grammy, en su estudio de Pontevedra; el álbum verá la luz en formato vinilo y CD, con un diseño exquisito.

En cuanto a la portada, es un homenaje a la indumentaria tradicional, una colaboración entre el artista visual GLUX y el folclorista Aurelio Vélez. Una pieza cosida a mano que toma como referencia los motivos del paño picao —recortes de paño aplicados sobre un fondo de diferente color—, utilizados en las zonas de Luena y San Pedro, en los valles pasiegos, para engalanar los mantíos y sabanillas de las cuévanas con las que las mujeres pasiegas transportaban a sus hijos.

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