Monasterio Festival

Estuvimos en Monasterio Festival, un maravilloso entorno por descubrir, con buena música y un ambiente inmejorable.

Acudimos al recién estrenado Monasterio Festival. En un recinto de ensueño , con la suerte además de, al no estar masificado, poder disfrutar de la música de una forma inmejorable, los asistentes podían disfrutar de los conciertos cerca del escenario, y a tener más que en cuenta, sin colas para ir a la barra o los aseos. 

Contaban con la presencia de un par de foodtrucks, suficente para el público asistente, pudiendo comer y descansar en mesas y sillas habilitadas junto a unos cómodos merenderos.

Llegamos a tiempo de ver la actuación de Cutre y Medio Mal: con un cambio de escenario de última hora, debido al inesperado buen, pero caluroso día, pudimos disfrutarlos en la iglesia donde realizaron un programa en directo, pinchando sus colecciones de discos originales, animando el ambiente y contando un sinfín de anécdotas, despidiéndose con la versión de “La Bien Pagá” de Bebo Valdés y El Cigala. 

Tras los djs, en el claustro llegó la hora del concierto de Luismi Partera. En su actuación,entre otras tocó “San Juan” acompañado de Anika de Ombligo y Ran Son y “Tengo una casa” donde pidió al público que cantase al son de la melodía, dejando para el recuerdo una versión preciosa y única de la canción. 

A las 16:15 llegó la hora de Mateo Falgas en la iglesia, acompañado por su guitarra y un sombrero para protegerse del afixiante sol, donde interpretó entre otras “Todo o Nada” y “Viejo Árbol”, con una acústica envolvente que atrapó a los asistentes. 

Nos retiramos un rato a descansar y retomar fuerzas, volviendo para la actuación de Emilia y Pablo, los cuales versionaron la canción “Luchín” de Víctor Jara y entonaron el poema de Gabriela Mistral “Riqueza”, aunque también tocaron temas propios como “Sonrío” a la luz del atardecer, mientras que el público los acompañaba con palmas. 

Y después Emilia, que cambió el negro por el blanco, entonó a capela varias canciones para la maravillosa actuación de Alejandra de Castro

Ya anocheciendo llegó el turno de Ombligo en El Claustro. Anika (violín y voz), Ángel Cáceres (guitarras y voz) y Andrés Cuesta (contrabajo y bajo eléctrico) animaron muchoimprovisando algunas piezas junto con sus temas instrumentales como “Mi muñeco me dice cosas (pero no lleva las pilas puestas)”, subieron a acompañarlos Juan espiga y Ran Son, continuando con otros temas como “Mosquito”, su versión de “Encadenados”  y finalizando con “Aire”, donde el público se unió en una sola voz junto a ellos en este preciosísimo tema. 

A continuación era el turno de El Niño de Elche en la Iglesia. A solas en el escenario intercaló canciones como “Bedroom”, “Ni Chicha ni Liminá” cambiando de guitarra eléctrica a española, con su característico estilo personal, jugando con su voz realizando escalas imposibles. 

Tras ello pincharon de nuevo Cutre y Medio Mal gran variedad de estilos, desde «Caño Roto un barrio de Carabanchel a Bob Marley.» 

Y llegó la hora de Naked Family, entre cuyos integrantes se encontraba el fundador del festival Óscar Trujillo, en el escenario de La Iglesia, un juego de luces ayudó a crear un seductor ambiente, mientras interpretaban entre otras “El Espejo” y “Tumbado en la Hierba al Sol”, haciendo saltar y bailar a todos los asistentes. 

Sin duda, la diferencia de este festival con los que estamos acostumbrados, es su carácter familiar y cercano, la colaboración de unos grupos con otros, compartiendo y aprendiendo,la cercanía con las personas y a destacar el respeto absoluto por parte del público, el cual mientras que duraban los conciertos, escuchaban atentos o participaba con palmas o haciendo los coros, colaborando con la magia del lugar y del ambiente que se forjó este fin de semana. 

Y nos despedimos de este fresco y novedoso festival, deseando volver a una segunda edición.

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