ALTOS CARGOS
En la entrevista a Altos Cargos nos atiende Fernando, rockero empedernido, como el resto del grupo. La banda cántabra respira rock por los cuatro costados.
– Nosotros somos un poco perros viejos, ya no nos sorprende nada -.

¿Falos ídolos es una crítica a la sociedad actual, a los ídolos de barro?
Sí, un poco por el estilo. A ver, no es una crítica a los falsos ídolos, pero, bueno, es un poco… no sé cómo decir… Sí, va en la línea también de “El tiempo después”. Es un poco… Al final, todo nos rodea de una falsedad, y nosotros nos fijamos más en los ídolos de los años 80, en los ídolos míticos. Los ídolos que salen ahora son un poco impostados, por así decir. Antes como que eran más auténticos. Por ahí va el asunto.
¿“Qué le vamos a hacer” habla de una ruptura amorosa sin vuelta atrás? Este es uno de vuestros temas que roza ligeramente el punk, ¿no?
Sí, puede ser. “En qué le vamos hacer”, es la que da título al disco, y, bueno, va un poco de una tía que se le hinchan las narices del típico espabilado que la está toreando y lo manda a paseo, y le dice: “Pues ahora me voy y te dan”, ¿sabes? Algo así.
“Plomo, Criptonita”, la balada del disco, es otra canción, porque habla de amor, como la última oportunidad, porque decís: “es mi billete para el último tren”.
Sí, eso es. Habla de amor, pero un amor chungo. Está escrita pensando en alguien que se enganchó a la cocaína, y ya no le queda otra. Una amante celosa a la que seguir.
Hablando de diferentes amores…, ¿creéis que todavía en el rock queda sitio para el amor?
Sí, hombre. El rock and roll siempre da sexo, drogas y rock and roll, pero el amor está presente. Al final, muchas letras están escritas como relaciones de amor, pero te hablan de cualquier otra cosa. A nosotros nos gusta darles ese toque.
“Aviones”, la habéis vuelto a sacar como sencillo, ahora en directo. ¿Es una de vuestras favoritas?
Puede ser una de las más guapas que nos quedan. Sí que es verdad que después nos gustan más otras, pero ahí en el estudio y tal, y al principio “Aviones” era la que más gustaba a la gente, pero luego parece que prefieren otras, o que a nosotros nos gustan más otras. Pero bueno, a nosotros nos gusta, es un medio tiempo rockero, está bien. Es una letra de amor, pero no es la típica de “ay, que me has dejado, qué pena”, sino al contrario. Es “ay, que me has dejado, y ahora no tengo miedo de ir por ahí a tope”. Porque es la anticanción de amor típica.

Os autodefinís como perros viejos. ¿más con heridas… con experiencia? ¿Un poco de todo?
Sí, a ver, más que nada con experiencia, porque, bueno, llevamos ahí unos años dando vueltas en otros proyectos, hemos dado mil vueltas por el mundo, por así decirlo, en esto del rock and roll. Pero nosotros somos un poco perros viejos, ya no nos sorprende nada.
¿Y cómo está ahora la escena en Cantabria para ser un grupo de rock ?
En Cantabria está bien. Si quieres tocar, tienes sitios para tocar. ¿Qué pasa? Que en Cantabria, al final, es Santander, Torrelavega y dos, tres sitios más. Aquí hay el público que hay, y una vez que te ven tres veces, ya es difícil congregarse. Entonces nosotros, bueno, tocamos por aquí ahora en verano, sí que estamos tocando más, pero tratamos de no concentrarlo todo aquí, sino salir por ahí fuera. Igual aquí puedes cobrar un poco más y gastarlo, invertirlo en salir fuera, que ahí está más complicado. Pero bueno… vamos tirando. Aquí, si quieres tocar, hay varios sitios.
Hablando de salir y de tocar en otros sitios, ¿En qué escenario, país, o lugar os gustaría tocar?
Nosotros tenemos los pies en el suelo. Yo creo que tocar en la Sala Sol, con un buen aforo, que fueran a vernos a nosotros, seríamos felices. No pedimos WiZink ni estadios ni nada, pero la Sala Sol, que es un sitio mítico, con un buen aforo… Con eso ya seríamos felices.
¿Creéis que el rock sigue calando en la gente joven o es más difícil con las nuevas tendencias musicales?
Yo creo que ahora es más difícil. Nosotros lo hablamos muchas veces. Cuando vamos de público a un concierto, miramos la media de edad, y siempre es de 30-35 hacia arriba.
Nuestro guitarrista, Mikel, tiene 28 años, pero es un bicho raro. Le gusta tocar la guitarra, es súper rockero. Por aquí siempre es tema de conversación: “Vamos a ver si hay cantera”. Y chavales hay pocos, sí que son minoría.
¿Cómo lleváis el tema de redes sociales? ¿Creéis que la inmediatez actual es un problema porque obliga a sacar canciones constantemente, o puede ser una herramienta positiva si se gestiona bien?
Las redes están bien para promocionarte. Hoy en día te pueden escuchar en cualquier parte del mundo, y en Instagram, Facebook, etc., puedes darte visibilidad.
La presión es la que tú te quieras dar. Nosotros hemos grabado un disco de diez temas, no vamos a estar sacando singles cada dos meses.
Sí que es verdad que parece que si no sacas nada en seis meses desapareces, pero eso hay que paliarlo tocando.
¿Creéis que al sacar canciones sueltas en vez de discos, se pueden perder «temazos» por el camino?
Sí, totalmente. A mí me gusta escuchar discos enteros. Hay canciones que pasan desapercibidas al principio y luego acaban enamorándote.
A veces un tema es el número ocho del disco y se convierte en tu favorito.
Eso también lo hablamos. A veces la gente conecta con canciones que ni el propio grupo pensaba que funcionarían.
Por ejemplo, Leiva con “Pequeño Chernobyl”. La sacó como single, la grabó en el directo de Madrid, pero se quedó ahí. Y a mí me parece un temazo.

¿A qué grupo o cantante que ya no está os hubiera gustado ver?
Posiblemente, juntando entre los cuatro del grupo, te diría que a Los Rodríguez. O la primera formación de Siniestro Total. La de Copini, Julián, Costas… esas sí nos hubiera gustado ver. De los que ya no están, yo creo que Los Rodríguez.
¿A qué película os hubiera gustado ponerle banda sonora?
Aquí me aseguro… (risas) , si no lo digo me matan… Torrente.!!
No va a quedar muy políticamente correcto, pero le pondríamos la banda sonora a Torrente. A la uno o a la dos, sobre todo.
¿Cuál es la actuación que más os sorprendió?
Yo creo que la primera. Habíamos sacado un single en 2023, y nos convencieron para tocar en Torrelavega, en la plaza de South City, debutar.
La idea era sacar un single y luego grabar un disco y salir a tocar. Y eran fiestas, y presentaban el festival en la calle, una semana antes o así. Nos convencieron. Estuvo hasta arriba de gente, dimos un buen concierto para ser el primero. Íbamos temblando, a presentar el proyecto en sociedad. Y la verdad, nosotros mismos nos quedamos sorprendidos. A la gente le gustó. Guardamos muy buen recuerdo de ese día.
¿Cuál es tu cronología musical ?
Yo tengo un hermano 9 años mayor. Él ponía la música. Crecí con Dire Straits, Barón Rojo, Barricada, todo eso.
Luego me metí en el punk, el rock nacional, Rosendo, y ya de ahí hacia adelante.
En el grupo hay mucha diferencia de edad, escuchamos desde Siniestro Total hasta Viva Belgrado ahora.
Compartimos gustos como 091, Los Zigarros, Ilegales…
Cuatro influencias parecidas pero no iguales.
¿Alguna anécdota que nos podáis contar?
Muchas. Cuando vamos en la furgoneta, nos ponemos desde el capítulo uno el programa de Broncano en la SER (La Vida Moderna) y vamos descojonados todo el viaje.
Una un poco triste. El toro día fuimos a tocar a Asturias, en la Fiesta de San Juan, en Caravia. Hay una carpa que se llena…pues con dos mil o tres miles de personas… y nos tocó justo a la hora que el Oviedo se jugaba el ascenso.
Había 70 personas. Íbamos ilusionados, y claro… ¡la gente viendo el partido!
Aun así tocamos con todas las ganas del mundo. Pero ese día podíamos haber petado.
Contra el fútbol no se puede luchar. (risas)